Otra cosa que llamó mi atencióm durante la estancia en Málaga fue la gran cantidad de coches de caballos con su característico aroma que circulan por la ciudad traspotando e imagino que tangando a turistas. En otras ciudades no suele ser tan habitual su presencia.
1 comentario:
Por suerte...
Porque lo que dices, su peculiar aroma acaba con toda la belleza que despliega...como una bella dama con las bragas sucias.
No se si firmar este comentario o dejarlo como anónimo...jjjj
Bah...soy Manu Muñoz.
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